miércoles, 7 de enero de 2015

Fusiles contra lápices

El año 2015 ha comenzado con muy mal sabor de boca. Concretamente, con sabor a violencia, a intolerancia, a terrorismo, a barbarie. Hoy, 7 de enero, se presentaba como un día tranquilo de resaca navideña y de vuelta a la rutina, pero unos seres despreciables (no tienen otro nombre) han atentado contra la sede del semanario francés Charlie Hebdo (sí, el de las caricaturas de Mahoma). Sin eufemismos: la han emprendido a tiros con todo el que se cruzase en su camino, asesinando a doce personas, entre las que se encuentran famosos caricaturistas franceses y el director del medio. En definitiva, personas con hijos, padres, parejas y hermanos. Ciudadanos con ocupaciones y preocupaciones, con propósitos y sueños. Personas que han sido brutalmente asesinadas por trabajar, por ejercer su derecho a la libertad de expresión, por hacer lo que amaban.
Por @malaimagen

                                     
Este atentado terrorista no es un hecho aislado, sino solo una pequeña parte de la espiral de violencia y de locura en la que están sumidos los que se proclaman "defensores del Islam", pero que en realidad son guerreros de la intolerancia y la cobardía. Creo que mi opinión sobre este acto está muy clara, pero quería dejar algunas cosas claras para quién le apetezca leerlo:

- No hay excusa. No, no la hay. Nadie merece ser asesinado y ni mucho menos por el simple hecho de hacer su trabajo y de pensar diferente. Lo que ellos hacían era humor, que a algunos les haría gracia y a otros no, pero humor. Utilizaban su talento como dibujantes para hacer reír y aunque es lícito que hubiera personas a las que no le agradara este humor o a las que no les gustaran las caricaturas sobre Mahoma y el Islam, la libertad de expresión está por encima de todo. La violencia, en cambio, NUNCA está justificada.

- No es religión. No, no lo es. Puede que estos terroristas decapiten a periodistas o disparen a dibujantes "en nombre del Islam", pero el Islam no es el culpable. No se puede culpar al pueblo musulmán y a los fieles del Islam por una acción aislada de unos terroristas. No cabe duda de que la violencia islamista es preocupante y las células terroristas crecen cada día más, pero no se puede generalizar ni utilizar estos acontecimientos para dar rienda suelta a la xenofobia. A la violencia no se le responde con violencia ni a la intolerancia con intolerancia. Y estoy harta de escuchar/leer la frase "La religión ha matado a más personas de las que salva". El Islam no ha matado a nadie, son unos asesinos los que lo han hecho. ¿O acaso los católicos tienen que ser insultados por las torturas que impartía la Santa Inquisición o por los casos de pedofilia en la Iglesia?

- No hay que dejar de dibujar (ni de escribir, ni de pensar). ¿Cuál es el objetivo de ataques como estos? Cortar las alas de la libertad, conseguir que los ciudadanos del mundo no ejerzan sus derechos, evitar que las personas piensen y hagan pensar. Son muchos los que se autocensuran por miedo a estos ataques violentos y hay que acabar con ello. Cada vez que un caricaturista guarda su lápiz o un periodista no publica un artículo en el que ha volcado su libre y válido pensamiento, los terroristas están consiguiendo su objetivo. Y la libertad muere un poco más. Por eso hay que condenar este caso (y todos) y jamás ponerse una mordaza. Que nunca cese la lucha y que nunca se haga el silencio. Que el mundo nunca deje de ser libre.
                 

                    


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