domingo, 2 de noviembre de 2014

7 razones para amar el cine clásico


Cuando Dios creó la Tierra, nos obsequió a los seres humanos con el cielo, el mar y,.. el cine. El séptimo arte es, a su vez, la octava maravilla del mundo, todo un movimiento capaz de unir y diferenciar culturas y de encandilar a personas de todas las edades y colores. Sin duda, este arte ha ido variando con el paso de los años y de las décadas, pero eso no quiere decir que las películas antiguas pasen de moda. De hecho, hay muchos amantes de lo que conocemos como cine clásico (aunque es difícil establecer una cronología concreta, podemos considerar clásicas a todas las producciones comprendidas entre 1900 y la década de los 70, aunque esta clasificación es más bien subjetiva). Nuestros abuelos suelen recordar con sonrisas nostálgicas las películas que marcaron su infancia, aunque a muchas personas este tipo de cine les parece aburrido y prefieren hacerse un maratón de comedias románticas de Jennifer Aniston o acudir al cine a ver la nueva de 'Los mercenarios'. Con esto no quiero decir que el cine clásico sea mejor que las producciones actuales, porque hay películas maravillosas en la década de los 50 pero también en el año 2014. Además, las preferencias cinematográficas son eso, preferencias totalmente subjetivas. Aun así, el hecho de que una persona sea fanática de la saga de 'Fast & Furious' o adore la trilogía de 'El señor de los anillos', no quiere decir que no sepa apreciar ni disfrute con el cine clásico. Y no es de extrañar, porque hay muchas razones para amarlo:

1. Las historias: Si algo bueno tiene el cine clásico es que hay películas para todos los gustos: desde apasionadas historias de amor como la que viven los protagonistas de 'Casablanca' (1942) hasta el más excéntrico terror de 'La novia de Frankenstein' (1935) o las escurridizas andanzas de gángsters y timadores de 'El golpe' (1973). Además, durante estos años se rodaron muy buenas adaptaciones de míticos libros como 'A sangre fría' (1967), basada en la novela homónima de Truman Capote o 'Al este del Edén' (1955), adaptación del famoso libro del premio Nobel John Steinbeck.

Julie Harris y James Dean en 'Al este del Edén'

2. Ellos: Aunque el panorama cinematográfico actual cuenta con buenos y atractivos actores (desde Leonardo DiCaprio y Brad Pitt hasta Joaquin Phoenix y Michael Fassbender), los hombres del cine clásico son inigualables. Ellos tenían un magnetismo especial, una elegancia innata ante las cámaras y detrás de ellas. Además, había para todos los gustos: distinguidos como Cary Grant, seductores como Paul Newman, simpáticos como Sal Mineo, sensuales como Marlon Brando, misteriosos como Humphrey Bogart y rebeldes como James Dean.
Paul Newman, el galán irrepetible
3. Ellas: Si el Hollywood clásico fue la época dorada de los hombres de bien, también lo fue de las mujeres más bellas y mágicas. Destacan iconos como Audrey Hepburn, reina de la finura o Grace Kelly, de belleza perfecta. Tampoco podemos obviar el erotismo de Brigitte Bardot, el carisma de Marilyn Monroe o la mirada más bella de Hollywood, la de Liz Taylor.

Marilyn era (y es) única
                                   
4. La moda: Uno de los secretos de estos enigmáticos actores era, sin duda, su estilo. Y es que hay películas que son un espectáculo exquisito en cuanto a moda se refiere, como es el caso de 'Desayuno con diamantes' (1961), que refleja los lujos y el glamour de la sociedad neoyorquina de la época y que coronó a Audrey Hepburn como un icono de la moda y el estilo.

Audrey Hepburn ('Breakfast at Tiffany´s')

5. Doblaje: Aunque no hay que perder la oportunidad de disfrutar de los clásicos en versión original, algunas de las versiones dobladas me parecen fascinantes y, al ser remasterizadas para mejorar su calidad de imagen y sonido, volvieron a ser dobladas, perdiendo esa "magia" de las voces de entonces. Con esto no quiero menospreciar a nuestros actores de doblajes actuales, que son auténticos genios del cine, pero creo que los personajes de las películas clásicas deberían seguir hablando como aquellos que les dieron voz en su día. 

6. La música:
Ya no es solo que el cine clásico nos haya regalado películas musicales maravillosas como 'Sonrisas y lágrimas' (1965), sino que algunas producciones eran acompañadas de impresionantes bandas sonoras que perduran hasta nuestros días, como la famosísima BSO de 'Ben-Hur', las entrañables canciones de 'Mary Poppins' o la mítica canción Moon River interpretada por Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes'.

                                 
                                 


7. Efectos especiales
: A lo mejor este punto os parece irónico, puesto que los efectos especiales del cine han ido mejorando con el paso del tiempo, pero estoy hablando en serio. Precisamente el hecho de que los directores trabajaran con pocos recursos y las tecnologías no estuviesen tan avanzadas como actualmente, añaden aún más mérito a los efectos especiales antiguos. Además, aunque algunos destacan por su cutrez, resultan de lo más graciosos y llamativos para los espectadores actuales. Y es que, ¿a quién no le ha sacado una sonrisa las artificiales cuchilladas de la escena de la ducha de 'Psicosis' (1960)?